¿Comes cuando ya estás satisfecha, cuando estás enojada o cuando estás triste? A esto se le conoce como hambre emocional y es una de las consecuencias de la ansiedad que no solo afecta las cantidades diarias de tus alimentos, sino también a tu organismo y tu mente. Con estos consejos aprenderás a controlarlos.
¿Por qué tengo tanta hambre repentin
El estrés, ya sea por trabajo, familia o personal, es uno de los factores más frecuentes que llega a generar el hambre por ansiedad, pero no es el único. Entre los causantes más graves también está la depresión que genera ganas repentinas de comer y un sentimiento de culpa después de haberlo hecho.
Otras posibles causas en las que caemos todos en algún momento son: la falta de sueño o descanso suficiente al final del día. Tener una lista de “prohibiciones” el momento de comer, esto lo hace mucho más tentador. No podemos dejar de mencionar que saltarse comidas o pasar demasiado tiempo entre comidas también afecta negativamente a nuestro apetito.
¿Cómo lo controlamos cuando nos sucede eso?
Existen algunas formas de controlar esta hambre emocional, pero todas se basan el autocontrol y el reconocimiento del por qué se origina esta ‘necesidad’ en nosotros.
- Muchas veces confundimos el hambre con sed, que es lo que en verdad necesita nuestro cuerpo. En estos casos de 1 a 2 vasos de agua serán suficientes para saciarnos.
- Si el hambre que sientes es por estrés o tensión, las infusiones o tés relajantes serán una buena alternativa.
- Levantarte de tu puesto, realizar técnicas de respiración y unos pequeños ejercicios de respiración para liberar nuestra mente te ayudarás a dispersar esta sensación.
- Hacer conciencia de qué pasa a nuestro alrededor, preguntarnos si en verdad sentimos hambre y por qué se origina esto.
- Una de las formas más comunes y más rápidas de acabar con esa sensación de ansiedad es masticar chicle, con pequeñas dosis será suficiente.
¿Qué podemos hacer para evitarlo y superarla?
Evitar y prevenir este tipo de hambre está en nuestras manos y con algunos hábitos podemos frenarla a tiempo y reducir la frecuencia con la que aparece.
- Establecer un horario para tus comidas y que de preferencia sean 5 diarias lo que evitará que comas entre horas.
- Regular el consumo de azúcar porque esta produce una sensación inmediata de satisfacción, pero con esa misma fuerza crea una baja de energía y el cuerpo busca más.
- Dentro de la alimentación es importante tener una dieta nutritiva, balanceada pero variada para que no tengas la sensación de comer en gran cantidad algo que “no has comido en mucho tiempo”.
- La práctica frecuente de deporte o de otras actividades que requieran tu concentración completa que ayuden a relajarte y a distraer tu mente.